Este gas se produce por la combustión de estufas, calefactores y chimeneas, entre otros, y rápidamente satura el aire sin que se note.
Las intoxicaciones por monóxido de carbono son más frecuentes durante el invierno porque están a pleno las estufas, los calefactores a gas y las salamandras, entre otros artefactos para hacerle frente al frío.
El peligro principal de las intoxicaciones por monóxido de carbono es que la persona no se da cuenta de que está inhalando ese gas, que es producto de una combustión defectuosa y satura el aire pero sin color u olor alguno.
“Los síntomas son mínimos: dolor de cabeza, embotamiento seguido de adormecimiento y eventualmente pérdida de conciencia”, enumeró a minutouno.com el Dr. Daniel Buljubasich, presidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR).
La conducta recomendada por Buljubasich es abrir de inmediato el ambiente viciado para ventilarlo y luego salir del domicilio, previo cerrar las llaves de gas.
“Es lo que soluciona la mayoría de los casos”, explicó el médico. Por lo general respiramos un aire que tiene un 21% de oxígeno, por lo que con salir a la calle basta para que la persona se reanime.
Lo importante es no llegar a la hipoxemia, o falta de oxígeno, que genera pérdida de conocimiento y deja indefensa a la persona.
En caso de encontrar a una persona, o varias, en ese estado se debe ventilar el ambiente y sacarlos de ahí lo más rápido posible.
“El monóxido es inodoro, incoloro. Si entrás a un cuarto contaminado con monóxido de carbono vas a ver gente desmayada”, explicó Buljubasich, porque el gas se extiende por los tejidos del cuerpo “en cuestión de minutos“.
Esto es así porque el monóxido de carbono, que es una molécula formada por un átomo de oxígeno y otro de carbono, tiene 220 veces más afinidad a la hemoglobina que el oxígeno y llega más fácilmente a los tejidos de nuestro cuerpo.
Por eso en un caso más serio de intoxicación por monóxido de carbono se necesita una máscara de oxígeno al 100% durante unos minutos.
Fuente: minutouno.com
“Los síntomas son mínimos: dolor de cabeza, embotamiento seguido de adormecimiento y eventualmente pérdida de conciencia”, enumeró a minutouno.com el Dr. Daniel Buljubasich, presidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR).
La conducta recomendada por Buljubasich es abrir de inmediato el ambiente viciado para ventilarlo y luego salir del domicilio, previo cerrar las llaves de gas.
“Es lo que soluciona la mayoría de los casos”, explicó el médico. Por lo general respiramos un aire que tiene un 21% de oxígeno, por lo que con salir a la calle basta para que la persona se reanime.
Lo importante es no llegar a la hipoxemia, o falta de oxígeno, que genera pérdida de conocimiento y deja indefensa a la persona.
En caso de encontrar a una persona, o varias, en ese estado se debe ventilar el ambiente y sacarlos de ahí lo más rápido posible.
“El monóxido es inodoro, incoloro. Si entrás a un cuarto contaminado con monóxido de carbono vas a ver gente desmayada”, explicó Buljubasich, porque el gas se extiende por los tejidos del cuerpo “en cuestión de minutos“.
Esto es así porque el monóxido de carbono, que es una molécula formada por un átomo de oxígeno y otro de carbono, tiene 220 veces más afinidad a la hemoglobina que el oxígeno y llega más fácilmente a los tejidos de nuestro cuerpo.
Por eso en un caso más serio de intoxicación por monóxido de carbono se necesita una máscara de oxígeno al 100% durante unos minutos.
Fuente: minutouno.com